Canciones para sobrevivir LXXI – Septiembre 30, 2018

Éste ha sido un fin de semana de mucho trabajo. Ayer trabajé de siete a siete y eso definitivamente no está padre en sábado. Total. Acabé muy cansado y me quedé dormido mientras terminaba esta lista anoche.

Es una de esas semanas muy abigarradas. No hay grandes nombres, ni clásicos instantáneos. Esta semana se trata de música pop que exige compromiso. Hay melodías, hay ruido, hay texturas y cadencias extraordinarias, pero van a tener que masticarlas.

Mis favoritos de la semana son Hater, Gaika y Exploded View, pero todos estos álbumes tienen joyas discretas. Sobreviven quienes saben encontrar esos pequeños tesoros.

Canciones para sobrevivir LXIX – Septiembre 16, 2018

Me preocupa que el mundo no tenga a Charles Bradley. Me preocupa que su nombre sea sólo el nombre de un hombre negro que murió y no el nombre que contiene esa voz maravillosa. Me preocupa que haya gente que viva sin escucharlo. Me preocupa que la música se muera.

Pero eso no pasará. El pop está en buenas manos. The Goon Sax, Cedric Burnside, St. Paul & The Broken Bones son sólo algunos nombres detrás de esas manos. Estoy seguro de que para algunos de ellos la voz de Charles Bradley también es importante, porque así son los caminos de la música.

Paul Weller deja atrás sus pequeños desplantes y homenajea a Bowie como deberíamos hacer todos. Los (brillantes) Sleaford Mods publicaron otro descaradísimo EP y The Blaze debuta con lo que podría ser una dulce colección de soundtracks para ver al horizonte al atardecer.

No hay de qué preocuparse. Charles Bradley no está, pero dejo su voz, que sólo muere cuando dejamos de escuchar.  Sí, leyeron bien. La vida se acaba cuando dejamos de escuchar. Bueno, eso ya lo saben. Quienes pasan por aquí ya lo saben.

Canciones para sobrevivir LXVIII – Septiembre 9, 2018

Sucumbí al hype y compré el nuevo videojuego de Spider-Man. Estaba todo planeado. Decidí que el fin de semana no trabajaría y me dedicaría un buen rato a jugar. Mala suerte. Mi único control de PS4 se descompuso de la nada; la membrana de grafito que permite cerrar el circuito conductor que hace que funcionen los botones parece haberse salido de posición o desgastado por algún motivo. Al menos eso sospecho, pero no pude comprobarlo porque para desarmar el control e intentar arreglarlo necesito un destornillador de una medida muy pequeña que no tengo.

El día comenzaba a joderse. Me llamaron de la oficina para encargarme algunas ocurrencias, así que el tiempo que pude haber tenido para conseguir el destornillador se evaporó. Ante esta circunstancia y el hecho de que arreglar en control es sólo una posibilidad, decidí comprar uno nuevo en Amazon, pues mi intención al comprar Spider-Man era no perderme del event-game del momento (no lo vuelvo a hacer, regresaré con rigor al viejo régimen paternal de «hasta que lo termines no compras otro»). La inflación es terrible. Los controles están carísimos. Mi presupuesto del mes, no apretado, pero sí limitado, se salió de control por eso. Pero no sospechaba que la mala suerte venía en combo.

Entre otras cosas que no me dejan tranquilo, mi casero me visitará hoy y sospecho que su intención es subirme la renta o pedirme que desocupe el departamento, pues justo toca renovar contrato. Y como soy muy paranoico, siento que debo limpiar el lugar muy bien, a ver si con eso evito que me mande al carajo (adiós tiempo libre), pues una mudanza podría joderme la vida. Definitivamente no quiero esa presión por ahora.

Además, el desayuno me hizo daño. Puf. En fin. No queda sino sobrevivir y de eso se trata esta lista.

Llegó el nuevo álbum de Spiritualized y lo sentí muy optimista, tal vez demasiado. Pero aún es algo familiar y reconfortante. Igual que Paul McCartney, que regresó con un material muy feel good que todavía debo recorrer un par de veces antes de tener una opinión definitiva.

Me gusta mucho el doble bombo en una batería y eso casi siempre significa música del diablo que es donde entra Pig Destroyer, cuyo nuevo álbum es de mis top picks de la semana junto a Honey Hahs, que no  podrían ser más distintas; pop quirky y girly es de lo que se tratan y, para despertar curiosidades, les cuento que sus integrantes tienen 11, 13 y 16 años. Hansonesque.

Incluí en la lista Feels Like Summer de Childish Gambino aunque es una canción que se publicó hace dos meses. Se me pasó y no la escuché hasta el domingo pasado gracias a que se estrenó el excelente video animado que la acompaña.

El resto de la lista está muy esquizoide, pero igual es una gozada con el ocasional altibajo, porque así son el presente, la música y la vida. Dale play, que seguro hay algo para ti. Y a sobrevivir. No queda más.

 

Soñé que hacía stand up…

Soñé que hacía stand up y al despertar me dio por escribir este bit:

Ya pasó casi un año del estallido del movimiento MeToo. Más allá de los aciertos, los errores, los puntos de vista, las críticas y todo eso, tenemos que reconocer que se convirtió en un parteaguas para generar un importante cambio en las dinámicas sociales y culturales. No sólo en cuestión de conciencia y equidad en el día a día, sino también en el terreno artístico y eso es muy importante para quienes amamos el cine, porque la forma de hacerlo se ha transformado a partir del surgimiento del MeToo.

Vamos, que en las escuelas de cine de Estados Unidos ya prácticamente estaban por incluir en sus cursos una clase sobre cómo chupársela a Harvey Weinstein.

Ya me imagino el temario:

Unidad 1 – Técnicas avanzadas para no poner caras de asco.

Unidad 4 – Deepthroat: un centímetro más, un millón más.

Y, pues, ya al final del curso vienen las cosas que realmente hacen la diferencia:

Unidad 11 – La gente que escupe no se lleva el Oscar.

Pero es el 2018, el mundo post-MeToo y y esas clases ahora serán el «Catecismo Incluyente presentado por Mickey Mouse».