Me preocupa que el mundo no tenga a Charles Bradley. Me preocupa que su nombre sea sólo el nombre de un hombre negro que murió y no el nombre que contiene esa voz maravillosa. Me preocupa que haya gente que viva sin escucharlo. Me preocupa que la música se muera.
Pero eso no pasará. El pop está en buenas manos. The Goon Sax, Cedric Burnside, St. Paul & The Broken Bones son sólo algunos nombres detrás de esas manos. Estoy seguro de que para algunos de ellos la voz de Charles Bradley también es importante, porque así son los caminos de la música.
Paul Weller deja atrás sus pequeños desplantes y homenajea a Bowie como deberíamos hacer todos. Los (brillantes) Sleaford Mods publicaron otro descaradísimo EP y The Blaze debuta con lo que podría ser una dulce colección de soundtracks para ver al horizonte al atardecer.
No hay de qué preocuparse. Charles Bradley no está, pero dejo su voz, que sólo muere cuando dejamos de escuchar. Sí, leyeron bien. La vida se acaba cuando dejamos de escuchar. Bueno, eso ya lo saben. Quienes pasan por aquí ya lo saben.