Comida y horrores: Top 5 – Abril 14, 2018

1. A Quiet Place

No es la primera vez que se juega con el silencio en el cine, no es, para nada, la historia mejor construida en una película de horror, pero A Quiet Place juega muy bien sus cartas para desarrollar una atmósfera de suspenso como pocas veces vemos en el cine, especialmente en el género fantástico.

2. Gravity Falls.

Joder. Qué buena es. Esta semana terminé de verla completa por tercera ocasión. Definitivamente es una serie de esas a las que regresaré varias veces, hasta que muera. Una de las joyas de la cultura pop de este siglo.

3. Buffalo Wild Wings

Me gustan las alitas, pero en pocos lugares son buenas, además, ese tipo de joints suelen ser sport bars y eso los hace odiositos por definición. Buffalo Wild Wings también lo es, pero tienen pretzels y otros snacks que me parecieron buenos, igual que sus salsas y condimentos. Las alitas apenas están bien.

4. Jessica Chastain será Beverly Marsh

La mejor opción era Amy Adams, pero Jessica también es una bomba. Además, ella confirmo la posibilidad de que la versión adulta de Bill Denbrough sea interpretada por James McAvoy en la segunda parte de It de Andrés Muschietti. Esa gente sexy tiene mi aprobación.

5. Chef’s Table: Pastry

Chef’s Table es la mejor serie documental sobre cocina. La nueva temporada (¿o temproada alterna?) está enfocada en postres y ya la pueden encontrar en Netflix. Es grandiosa e inspiradora como las temporadas anteriores. Me hizo desear cocinar más postres, aunque soy terrible en ello. El problema: sólo 4 episodios.

El No-No de la semana

Este palurdo destructivo

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¡Dame esos baticinco! Top 5 – Abril 6, 2018

Esto fue lo que moló en mi semana.

  1. El cumpleaños de 2001: Space Odyssey

La película para mariguanos de Stanley Kubrick cumplió 50 años.

2. El trailer de How To Talk To Girls At Parties

Parece Attack the Block meets comedia romántica adolescente. Y Neil Gaiman está detrás. I’m in.

3. ¡Vi Batman en el cine!

Bueno, llamarle «cine» a las salas de Cinemex es usar el término de manera holgada. Son como una sala de proyección de universidad. La película se mantiene brillantemente campy. No recuerdo si Batman llegó a reestrenarse en cine previamente. La vi en su estreno original y ésta fue mi segunda vez. Si les interesa verla, Cinemex la proyectará durante los fines de semana restantes de abril. Sólo en algunos complejos, así que revisen su cartelera local.

4. ¡Álbum nuevo de Hinds!

Hinds es una banda madrileña de chicas que hacen pop de garage. Su álbum anterior me encanta. No son la gran cosa, pero tienen un gran espíritu ponqui que me alegra la vida. Me recuerdan a los Libertines cuando eran pura juventud e ingenuidad. Todavía no lo escucho, pero espero que me haga flipar.

5. Hostess Coffee Cakes

Una de mis golosinas favoritas que se pueden comprar en un Oxxo. Los conocí de niño en un viaje. Fueron inmortalizados en el episodio «The Suicide» de Seinfeld. Originalmente se llamaban Drake’s Coffee Cakes. No, no tienen nada que ver con Drake. Delish.

El No-No de la semana

La preventa de boletos para Avengers: Infinity War

No quiero spoilers. Pero quiero incluso menos una noche de desvelo y decepción como la que tuve con The Last Jedi. Desde luego que la veré en el día 1, pero eso de las funciones de media noche ha quedado atrás para mí.

Top 5 – Abril 1, 2018

Ésta es una nueva serie de posts en la que compartiré las 5 cosas que más disfruté o que me parecieron más relevantes en la semana. Principalmente cultura pop, pero también ideas y funny shit en general. El orden no importa. Por cierto, esto va a salir los viernes.

Ready Player One

Está lejos de ser perfecta, pero me gustó más que el libro.

El taco de tamal

Lo hice muy simple, pero creo que es un concepto con potencial si se hace y se viste bien.

Wild Wild Country

Sabía de la existencia de Osho, pero no del fenómeno que inspiro y de la anomalía que significó para el estatus quo norteamericano.

Empanizado de Takis Fuego

Ya había intentado el empanizado con Cheetos, con Doritos y cosas similares. Sin embargo, es la primera vez que uno de estos experimentos trashy funciona. Es, de verdad, una buena opción para cocinar pollo frito con una sazón con personalidad, balanceada, agradable y buena textura.

Rapture

Un estreno de Netflix del fin de semana. Presenta a ocho MCs que han sido revelaciones durante esta década y a través de ello muestra distintos enfoques de lo que es el hip hop contemporáneo e incluso explora algunos fenómenos socioculturales relacionados. Afortunadamente se aleja de la parte podrida del rap actual como 21 Savage, Migos, Designer. Ew. Vale la pena.

El No-No de la semana

Sofía Niño de Rivera: Selección natural

Sofía Niño de Rivera presenta su nuevo especial de comedia en Netflix. Más básico no se puede. Aburridísima, depende completamente por completo de las groserías y los lugares comunes, el audio tiene problemas y, sí, chistes robados, al menos uno (de Harold & Kumar) que reconocí al instante. Ahórrense a esta destalentada.

Más no siempre es mejor

El delicado balance en la genialidad de McDonald’s donde no hay lugar para la aventura.

Cajeta of the Dead

Por estas fechas en Guanajuato capital se cocina una golosina tradicional llamada cajeta de muerto. Es un puré dulce hecho a base de camote, guayaba y nueces; por motivos que desconozco, la llamaron cajeta.

No está mal, tampoco es algo brillante. Lo que me sorprende es que se trata de una preparación tan local que tan solo en León, a 50 km. de distancia, es algo completamente desconocido.

La costumbre es untarla sobre una especie de pan de anís que luce como una variante rústica del pan de muerto tradicional y que tampoco he visto fuera de Guanajuato. Durante la semana previa al Día de Muertos la gente de Guanajuato lo prepara y es común ver a personas que regala la cajeta y el pan a gente que simplemente pasa por allí.

Las fotos las tomé de:

Snack-a-rama – Latte: Fresas con crema (Marinela)

Latte de Marinela es un pastelillo nacido para segundear. Vamos, su misión es ser el Kinder Delice para el proletariado. Incluso su selling point de estar elaborado con chingos de leche es el mismo de la línea Kinder de Ferrero. Me encanta esa pantomima bilateral en la que los mercadólogos le venden a la gente la golosina más tóxica bajo el argumento de que contiene un ingrediente nutritivo (aunque según algunas personas muy saludables, la gente es maldad pura, es como un licuado de Hitler) y nosotros hacemos como que pensamos «quiero un bocadillo nutritivo, mmm, estoy entre este apio y un Latte». Y si son como yo, ese Latte será dipeado en Danonino, ya saben, así como beber todo un vaso de nutritiva leche.

Latte es un pequeño layer cake con abundante relleno de crema y cobertura sabor chocolate. No chocolate, sabor chocolate. Sólo grasa vegetal, azúcar, cosas de laboratorio y algún componente de cacao tan rebajado que legalmente no se le puede vincular ni remotamente con el chocolate. Se necesita uno de esos análisis de ADN que pueden detectar parentescos doscientas generaciones hacia atrás para poder relacionar esa cobertura con algo de chocolate real.

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Lo que distingue a esta versión es un sutil sabor a fresa que va a desaparecer en el segundo bocado, porque esta cosa es empalagosa y no tiene balance alguno. Las capas de pastel carecen de la preciada humedad de un buen pastel y tienen una textura acartonada, aunque aportan el poco sabor a chocolate que tiene esta confección. La cobertura es nauseabunda, casi al nivel de Bocadín, que en mi opinión tiene una de las peores coberturas de faux chocolate. El relleno de crema tiene ese cariz artificial que obtienen algunas sustancias grasosas cuando se someten a sustancias y procesos de conservación. Vale, todo el pastelillo se siente como algo perteneciente a una ración militar con un lustro de antigüedad.

No es el peor pecado de la repostería industrial, pero si de meterte calorías vacías al cuerpo, hay mucho mejores opciones. Si tienes un crave por este tipo de pastelillos, quédate con Kinder Delice, que en eso de pretender ser un pastel, lo hace mucho mejor y por lo menos tiene algunos miligramos más de chocolate. Claro, su precio es más del doble que el de Latte, pero vamos, son pequeños sacrificios que debemos hacer en aras de la autodestrucción.

Stay with these.

Snap, crackle… ¡POP!

Me gusta el cereal. Me gusta mucho el cereal. No sé si es inusual en alguien que disfruta mucho cocinar y comer bien, pero me gusta. Me gusta tanto que entre mis recientes descubrimientos de YouTube, una de mis cosas favoritas es el canal Cereal Time TV.

Como pueden ver, Cereal Time se trata de reseñas de cereal. Revisión de la caja, del cereal, algo de historia y comentarios. Cosas de cerealheads. ¿Tonterías? Pues sí, pero como todas las aficiones, es para unos cuantos que sienten un apasionamiento por algo al nivel de llevarlo a terreno nerd. México no es el país adecuado para ser un cerealhead, pues fuera de la variedad nacional, conseguir cereales importados es complicado y costoso, incluso de forma casual, no quiero imaginarme las complejidades del coleccionismo hardcore.

El cereal tiene un vínculo esencial con la cultura pop. Hay una obvia relación entre cereal y caricaturas, porque la mayoría de los cereales están dirigidos a niños y eso los hace un vehículo ideal para promocionar muchos eventos de la cultura pop como películas, deportes o cualquier cosa que esté en boga.

El cereal también ha generado su propia cultura. Todos conocemos alguna mascota de cereal, sabemos de sus universos, de sus personajes, recordamos los premios que a veces vienen en las cajas, tenemos nuestros cereales favoritos y nuestras formas de comerlos. “Silly rabbit. Tricks are for kids” dicen Oren ishii y The Bride en Kill Bill. ¿Qué mayor certificación de relevancia pop que una referencia en una película de Tarantino?

Esa incorporación del cereal a la cultura pop se debe a que es una experiencia que podemos compartir. Comer Zucaritas o Captain Crunch es igual en México que en EE UU, en Europa o en Japón. Ese tipo de disponibilidad estandarizada logra que nos podamos vincular con un producto, un personaje, una marca o la experiencia alrededor de los mismos y generemos una respuesta emocional. Todos conocemos la experiencia de comer un cereal aguado, todos desarrollamos nuestro equilibrio preferido entre leche y cereal. Es exactamente lo mismo que pasa con McDonald’s; la experiencia de comer una Big Mac es igual en todos lados y al convertirse eso en un referente personal lo transformamos en símbolos, en códigos y, pues, en cultura. Me gustaría ser un cerealhead de verdad, pero no me alcanzan el tiempo y el dinero para tener una afición más. Aún así seguiré continuaré como un entusiasta consumidor de cereal y documentaré un poco de mi experiencia. 

Por cierto, existe una película llamada Flakes. Me parece un gran título. Es una especie de comedia romántica / coming of age sobre un dude que tiene un bar de cereales donde la gente puede llegar y comer un tazón de su cereal favorito. En el cast están Zooey Deschanel y Christopher Lloyd. Sí, Summer y el Doc Brown. Es como High Fidelity con cereal. Es una curiosidad, pero no es una buena película. Aquí el trailer:

Vintage Junk: Crunch Tato’s

Aunque no lo crean, a principios de los 90 la variedad de snacks salados que teníamos disponibles en México era mayor que la que hay actualmente. Sabritas y Barcel tenían un montón de productos que ya no existen. Seguramente no todos tenían muchos fans y por eso ya no existen. En fin, la mercadotecnia tiene sus motivos. Entre esos fenecidos productos uno que recuerdo mucho son las papas fritas Crunch Tato’s.

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Las Crunch Tato’s fueron la versión mexicana adaptada por Sabritas de las Crunch Tators de Frito Lay, también ya desaparecidas. Por eso el cocodrilo del empaque. Taters es una forma coloquial de referirse a las papas y, pues, taters, gator (por alligator o cocodrilo), em… Eso pasado por la mente de un no muy buen mercadologo y llegamos a Tators. Crunch Tators, got it? Definitivamente no el mejor branding del mundo.

¿Qué tenían de especial? Se anunciaban como papas muy crujientes y lo eran. Con lo que sé de cocina ahora, casi puedo asegurar que eran papas sometidas a una doble fritura en caldero y por eso eran tan crujientes. De alguna manera eran las Chips de Sabritas. Los sabores eran sal, jalapeño y «a las brasas». Éstas últimas en realidad eran sabor salsa bbq picante y ahumada, de hecho, el nombre original de este sabor en Estados Unidos era Mighty Mesquite. La variedad «a las brasas» era realmente buena, fueron mi snack favorito durante el par de años que existieron.

Y éste era el comercial übercheesy con que se promocionaban. Nótese el pésimo lipsync en el doblaje.

Bueno, las papas de verdad eran buenas. Si no me creen a mí, pueden creerle a Kevin McCallister. Un experto estratega militar como él seguro sabe de snacks.

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