Snack-a-rama – Latte: Fresas con crema (Marinela)

Latte de Marinela es un pastelillo nacido para segundear. Vamos, su misión es ser el Kinder Delice para el proletariado. Incluso su selling point de estar elaborado con chingos de leche es el mismo de la línea Kinder de Ferrero. Me encanta esa pantomima bilateral en la que los mercadólogos le venden a la gente la golosina más tóxica bajo el argumento de que contiene un ingrediente nutritivo (aunque según algunas personas muy saludables, la gente es maldad pura, es como un licuado de Hitler) y nosotros hacemos como que pensamos «quiero un bocadillo nutritivo, mmm, estoy entre este apio y un Latte». Y si son como yo, ese Latte será dipeado en Danonino, ya saben, así como beber todo un vaso de nutritiva leche.

Latte es un pequeño layer cake con abundante relleno de crema y cobertura sabor chocolate. No chocolate, sabor chocolate. Sólo grasa vegetal, azúcar, cosas de laboratorio y algún componente de cacao tan rebajado que legalmente no se le puede vincular ni remotamente con el chocolate. Se necesita uno de esos análisis de ADN que pueden detectar parentescos doscientas generaciones hacia atrás para poder relacionar esa cobertura con algo de chocolate real.

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Lo que distingue a esta versión es un sutil sabor a fresa que va a desaparecer en el segundo bocado, porque esta cosa es empalagosa y no tiene balance alguno. Las capas de pastel carecen de la preciada humedad de un buen pastel y tienen una textura acartonada, aunque aportan el poco sabor a chocolate que tiene esta confección. La cobertura es nauseabunda, casi al nivel de Bocadín, que en mi opinión tiene una de las peores coberturas de faux chocolate. El relleno de crema tiene ese cariz artificial que obtienen algunas sustancias grasosas cuando se someten a sustancias y procesos de conservación. Vale, todo el pastelillo se siente como algo perteneciente a una ración militar con un lustro de antigüedad.

No es el peor pecado de la repostería industrial, pero si de meterte calorías vacías al cuerpo, hay mucho mejores opciones. Si tienes un crave por este tipo de pastelillos, quédate con Kinder Delice, que en eso de pretender ser un pastel, lo hace mucho mejor y por lo menos tiene algunos miligramos más de chocolate. Claro, su precio es más del doble que el de Latte, pero vamos, son pequeños sacrificios que debemos hacer en aras de la autodestrucción.

Stay with these.
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Autor: Worst.Adult.Ever.

Obsesiones y superficialidad de un permateen.

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