Good shit this week! Una semana con pura música nueva. Escuché muchos releases de las dos últimas semanas y todavía hay varios más que me interesan. Lo mejor: muchas cosas me gustaron.
La lista de esta semana surge de siete álbumes y tres sencillos. Después de escucharla, les recomiendo que visiten los álbumes completos, realmente hay cosas interesantes. Claro, excepto el de Phoenix, que es ultrameh (¿o sería inframeh?); sólo puse la canción tonta que me gustó, porque, ps, no siempre puedo controlar mis malos gustos.
Los imperdibles de la semana son el álbum de Cigarettes After Sex, que amé con locura (pop dreamy, oscuro y apesadumbrado), la opera prima de Noga Erez y lo nuevo de Ulrika Spacek y Songhoy Blues, que están molones.
Sólo porque se me ocurrió, la lista de esta semana es temática. Se trata de girl fronted bands. No juegan las girl bands, los duetos, ni las solistas. Únicamente bandas mixtas con una frontgirl. Y en ese tenor, hay muchas bandas nuevas lideradas por mujeres que hacen música molona y eso está cool AF.
Las highlights de la semana son el nuevo sencillo de Alvvays y los nuevos álbumes de Agent Bla y Pumarosa. Prueben, disfruten y escuchen más.
BONUS TRACK: Torn es una canción que me gusta mucho y de las versiones que conozco, ésta me ha encantado.
Radiohead trabaja sus canciones por mucho tiempo. Algunos de sus temas como Nude y True Love Waits requirieron una década o dos para que la banda lograra una versión de estudio que los dejara satisfechos. Esta semana presentaron I Promise, otro de esos temas +20 years in the making, como parte de la celebración del vigésimo aniversario de OK Computer. La canción estaba planeada para ser parte de OK, pero en realidad es un tema compuesto durante el periodo de The Bends y creo que se nota. No es una canción extraordinaria, pero yo le tengo mucho aprecio y no creí poder escuchar nunca una versión de estudio. Sin duda es un gran detalle para los fans veteranos de Radiohead. Dato ñoño: al menos la toma vocal usada en la canción terminada, fue grabada en 1996; tengo exactamente esa toma en mi archivo de rarezas y material unreleased.
Tuve una cantidad desquiciada de trabajo esta semana y no logré hacer un tiempo para escuchar con atención muchos álbumes y sencillos nuevos, pero entre todo me encontré un álbum titulado de D.E.G. de un proyecto llamado Bola y es electrónica de la buena. En cosas más poppy, disfrute el nuevo álbum de H. Hawkline, pero no es para tanto, porque es H. Hawkline no es para tanto.
El resto de mi semana fueron playlists de miles de favoritos. Siempre es grato cuando el sr. Aleatorio arroja a Violent Femmes, porque siempre es grato escuchar a Violent Femmes y es algo que como sociedad deberíamos hacer más seguido. Joder, que debemos apreciar mucho más a Violent Femmes. Y a The Fall. Y a Television Personalities. Aunque no estén en esta lista.
Mi zona de nostalgia fue de Beastie Boys. Carajo, qué buenos eran. Fucking heart them till the end of time.
Finalmente, le di algunas vueltas a la edición deluxe de Sgt. Pepper. Hicieron muy buen trabajo para hacerlo sonar mejor que nunca. Claro, eso es un decir, porque si lo que buscas es la opacidad monoaural de una plato empolvado, el sargento cincuentón puede no ser para ti. Como sea, el aniversario 50 le recordó a mucha gente lo grande que es ese álbum y queda claro que nuestros corazones solitarios lo necesitaran cuando tenga sesenta y cuatro.
Otra semana, otra lista. La música funciona, por algo estamos aquí.
Esta semana las novedades son de Flamingods, que sacaron un EP molón, LIFE, de quienes sólo recomiendo el tema en la lista (el álbum completo no me gustó), y Fitness Forever, que se lucieron con Tonight, temazo.
Se reeditó Pinky Blue de Altered Images y, si sabes algo de new wave, eso es cosa grande y por eso llegaron a mi lista.
Escuché muchas canciones de chicas sixties en la semana, cosa que seguirá unos días más. O para siempre, no sé. Pero debido a eso aquí están la Hills y la Sinatra.
El resto de la lista son cosas buenas: Toy y Run The Jewels, que se mantienen buenos y frescos; Placebo, que era bueno en el Siglo XX; y Half Man Half Biscuit, que han sido buenos y graciosos por mucho tiempo, pero bastante ignorados.
Cuando alguien habla de “la zona de confort” me imagino a mí mismo en una cama mágica de la eterna juventud donde tengo una dotación autorregenerable de tocino que no engorda y una pantalla con el Netflix más pro que sólo tienen las Kardashian (ese tipo de cuenta tiene tooooodas las películas que existen y autodetecta lo que quieres ver, o sea, siempre Ghostbusters, Gremlins o John Hughes) y temperatura regulada a 14°C.
Ahora, esta cama está rodeada de un piso hecho de navajas de afeitar al rojo vivo, melladas, oxidadas e infectadas con una cepa experimental de VIH creada por Corea del Norte que además de acabar con tu sistema inmunológico provoca un efecto crónico e intensificado de comezón grado pica pica en todo el cuerpo y diarrea nuclear que te mata en 10 segundos, más rápido que con la Técnica de la Palma Explosiva de Cinco Puntos de Pai Mei. Y este piso de navajas se extiende por un millar de kilómetros y después de esos sólo se alcanzan a ver agujeros negros, singularidades cósmicas de esas que destruyen la realidad y un asteroide lleno de los supervillanos más sexualmente frustrados que ha creado la cultura pop listos para torturar a cualquier forastero con el temple para recorrer el océano de navajas.
Entonces, el concepto de “salir de la zona de confort” realmente me parece algo muy, muy pendejo. ¿Por qué? ¿Por qué carajo querría salir? ¡No! Si estás en un lugar tan cómodo y genial es muy posible que hayas hecho las cosas muy bien, que mereces toda esa dicha y que eres muy inteligente. O tuviste mucha suerte. Como sea, si ya estás allí, sigue con eso de ser inteligente o comienza a serlo y quédate en la cama mágica de la felicidad. No la abandones, porque seguramente no eres Tom Cruise en Misión Imposible.
Para sobrevivir los siguientes siete días les recomiendo las novedades de Girlpool y Jane Weaver; ambos álbumes muy buenos. Para seguir con el girl-fronting, hay que escuchar a Black Honey, una banda que hace directos y saca sencillos pero no álbumes, me gustan bastante. Otra novedad destacable de la semana es el pop krauty y espeso de W.H. Lung.
En las curiosidades, me encontré a unos italianos que tocan post-punk horrorífico y se hacen llamar Horror Vacui, me gustaron, porque I’m a sucker for that kind of shit. Y otra; en la banda sonora de How To Be A Latin Lover viene una versión del modesto hit de Jewel Akens, The Birds And The Bees, cantada por Angélica María y está simpática.
¿Clásicos? Pues Television. ¿Nuevos clásicos? Mi tema favorito de Hang, lo último de Foxygen, en mi opinión uno de los mejores álbumes que ha dado 2017.
No puedo evitar volver a recomendar a mis parceros de Los Padrinos; les dejo ese himno que da nombre al fantástico álbum que recién publicaron y que DEBEN comprar en lospadrinos.bandcamp.com
Esta semana no podía cerrar con otra cosa: Ok Computer de Radiohead cumple 20 años hoy. Es uno de mis dos discos favoritos ever (junto a Revolver de The Beatles) y, sin duda, el disco más importante en toda mi vida. So, it’s a big, big fucking thing for me. Es un álbum perfecto y podría dejarles cualquiera de las canciones que lo integra, pero elegí Climbing Up The Walls porque es la que más me gusta cantar.
Mucha música nueva esta semana. La lista abre con Penguin Cafe que es chill AF, pero sus melodías y atmósferas son emocionantes. En estos días ando muy tolerante con los modernillos y por eso se ganaron mi gusto algunos de los temas nuevos de Little Dragon y Hazel English. John Moreland sacó un nuevo álbum de su característico BBQ-fueled country y, aunque no me gustó del todo, les dejo la canción que en mi opinión más destaca.
Por supuesto, un highlight de esta semana es el nuevo material de Paul Weller que mola como sólo Paul Weller sabe molar y en la lista va un tema increíble donde se acompaña con Boy George.
En los clásicos personales algo de Nacho Vegas, una de las mejores canciones de Noisettes, que son una de mis bandas favoritas del Siglo XXI, a pesar de estar desaparecidos y que nadie les hace caso. Y como estoy enfermo de britpop y soul a perpetuidad, colé por allí el cover de Dodgy a The Snake de Al Wilson, la canción por la cual existen las pistas de baile; no, esa aseveración no es discutible, es un fact absoluto y se me callan.
Pero lo más importante de la semana es que Los Padrinos, banda formada por mis mejores amigos, publicaron su nuevo álbum compuesto por 13 temazos, un hit tras otro. Cada una de esas canciones es 45″ single worthy y, créanme, no lo digo porque sean mis amigos, porque sólo respaldo lo que me gusta y tengo la suerte/buen tino de rodearme de gente extraordinaria y talentosa. Los Padrinos hicieron un álbum genial y si lees esto debes escucharlo y comprarlo en lospadrinos.bandcamp.com Pero si eres un no creyente, dale un test drive en Spotify.
¿Es Birdo el primer personaje travesti en un videojuego? No sé. Supongo. Tampoco sé si es travesti o transgénero. Como sea, eso, en la segunda mitad de los 80, debió ser muy difícil. Birdetta debió estar muy confundida. Como si su identidad de género no fuera suficiente para tener ocupada su mente tenía que lidiar con otras peculiaridades en su vida, como eso de escupir huevos o el constante peligro de recibir el mortal golpe de un nabo en la cabeza.
La primera aparición de Birdo ocurrió en Super Mario Bros. 2. La rareza era su destino. Cómo no va a sentirse confundido… O confundida. Birdo/Birdetta vivía en un mundo de inspiración arabesca (ya bastante raro) que originalmente no pertenecía al canon de Super Mario, sino que se trató de una adaptación de otro juego llamado Doki Doki Panic al que simplemente le emplastaron a los hermanos Mario y su clica (esa historia es muy conocida entre nerds, pero la incluyo para los n00bs que lleguen a leer esto). Gender issues, transmigración de universos, fontaneros asesinos, regurgitación de huevos… Birdo, Birdetta, whatever you are, you’re a fucking mess.
Para colmo de males, también tuvo problemas de relaciones públicas. En el booklet de Super Mario Bros. 2 y en el final del juego, a Birdo se le menciona como «Ostro». Esto fue un error editorial. Se intercambió su nombre con el de otro personaje. Algún diseñador despistado o un problema de traducción; quién sabe.
Por años pensé que Birdo se llamaba Ostro. Hasta que apareció en otros juegos y me chocó su nombre real. ¿Por qué le llamaban Birdo? Ese era otro mono… Sólo hizo falta un poco de lógica infantil para percatarme de que el personaje llamado Birdo en el manual pareciá una avestruz, que es «ostrich» en inglés. ¡Claro! ¡Ese es Ostro! ¡El travesti es el T-Rex rosa y caricaturesco con el moño en la cabeza!
En este galimatías que es la historia de Birdo, fue bueno encontrar un poco de luz y dirección. Después de todo es una amigo al que hay que acompañar en su confusión. Aunque… Bueno… Es difícil decir esto… Al final de Super Mario Bros. 2 resulta que TODO ERA UN SUEÑO de Mario. Es triste.
Birdo, después de todo, tal vez ni siquiera existes.
Un poco tarde, pero aquí está mi playlist. Comencé la semana con ORTIES, dos chicas parisinas que hacen hip hop tan violento y vicioso, como cheesy. Son muy divertidas; si vieron Grave (Raw/Voraz), son las responsables de la canción del baile frente al espejo.
Escuché toda la discografía de Ely Guerra, porque a veces hago cosas sin sentido y, aunque en su mayoría fue una tortura, sus momentos más pop sí me gustan.
También le di varias vueltas al infravalorado Midnite Vultures de Beck y sólo tengo que decir que Beck Hansen es un maldito genio.
También encontré con algo de música nueva que me gustó: BNQT, IDLES, y el más reciente y muy machacón ruido de Thurston Moore. Creo que vale la pena escuchar estos álbumes completos, al menos por exploración. I’m off. La próxima semana más música.