Canciones para sobrevivir CIV – Abril 28, 2019

Dos años. Desde hace dos años he compartido una playlist cada semana sin falta. Muy pocas personas leen mi blog y son menos las que escuchan las listas. A pesar de la reducida audiencia es un trabajo que he incorporado a mi rutina y lo disfruto, aunque, francamente, sí me gustaría que más gente las aprovechara solo para conocer más música, porque, la verdad, «trabajo» mucho en ello.

Lo que hago cada semana es consultar las listas de los álbumes y sencillos que se publicarán el siguiente viernes en los canales comerciales (tanto los discos como los servicios de streaming estrenan novedades cada viernes en la mayor parte del mundo). Con esa lista hago una preselección de lo que escucharé durante la semana; me mantengo dentro de la música pop, sólo en algunas ocasiones exploro los estrenos de jazz o de composición moderna si es que se trata de algún músico que ya conozco o si me llama la atención algún título o portada. Luego de eso, casi siempre los sábados, descargo (sí, descargo) todo lo que logro encontrar de la preselección en Soulseek, torrents, Mega, sitios que se dedican a subir música y en Bandcamp. Sí, cosas ilegales. Lo sorprendente es que prácticamente toda la música está disponible en esos sórdidos canales antes de su publicación oficial. De hecho, de no ser por eso, no podría hacer mis playlists tan frescas.

Trato de descargar todo en formato FLAC para tener la referencia de mayor fidelidad sobre la música de estreno, aunque muchas veces me tengo que conformar con archivos MP3. Son pocos los materiales que no logro descargar antes de su estreno. Una vez que termino de descargar, toda esa música se va a mi teléfono y comienza la parte más laboriosa y divertida, pues durante toda la semana escucho música en todo momento posible: en el trabajo, durante los trayectos, mientras cocino,  en el súper y todo eso. Prácticamente sólo dejo de escuchar música cuando estoy en juntas, cuando tengo que hablar directamente con alguien, en el cine o cuando veo TV. Me siento feliz por poder escuchar tanta música.

Prácticamente todos los días escucho un mínimo de diez álbumes nuevos, además de algunos otros que ya conozco. Son pocas las semanas que alcanzo a escuchar todas las descargas, el mundo está lleno de música. Mientras escucho, hago anotaciones sobre qué canciones me gustan de cada álbum para que sean candidatas a entrar en la lista; el criterio es simplemente que me gusten, no hay más, aunque si tengo un sistema de ratings personales, pero eso sólo es para mí. En realidad a la selección preliminar de canciones llegan muy pocas cosas en relación a todo lo que escucho, aunque a veces no lo parece, no soy una audiencia fácil. Cuando llega el viernes tomo la selección preliminar de canciones y reviso cuáles llegaron Spotify y comienzo a armar la lista que publicaré el domingo. Aproximadamente un 30% de mis selecciones no llegan a Spotify; en casos así debo revisar si los temas que quiero compartir están en Bandcamp o en alguna otra plataforma que permita su streaming a través de mi blog. Con las canciones que sí llegaron simplemente resta ponerles orden, porque quienes hacemos listas lo vemos como una narrativa y tratamos de crear una experiencia grata y cohesiva que represente como proponemos disfrutar de la música. A veces no quedan tan bien. Hay ocasiones que saco de la selección alguna canción cuando siento que me echo a perder el flow de la playlist. Muchas veces ese flow no existe, porque mi selección es demasiado dispersa o porque no tuve tiempo de cuidar ese detalle.

Y es así que hago estas playlists, en parte por disciplina, porque me gustan los sistemas y los hábitos que mantienen mi vida en orden y esto, además, me ha enseñado a mantenerme en el presente, a entender como se transforma la creatividad, para bien y mal, en el espectro del hoy. La música es una de las muchas formas en que experimentamos el mundo, es uno de los canales de conexión que tenemos con la realidad. Para mí es el más importante al lado de la narrativa; yo entiendo al mundo a través de historias y canciones, las experiencia que me importan yacen allí. Por eso dedico tanto tiempo a ello, por eso trato de hablarles al respecto a través de estas listas.

A algunos les parecerá abrumadora esta disciplina de búsqueda de música nueva, dirán que el tiempo no alcanza o que ya tienen sus favoritos y con eso basta. Pero yo no soy así, quiero conocer más siempre, quiero morir en el presente. Atesoro el pasado, pero creo que existe la «nostalgia de la mala» y ésta surge cuando el recuerdo se vuelve una comodidad que desconecta, un falso lugar seguro. Pero si no dejas que se ponga rancia, la nostalgia es otra conexión hacia el mundo, te enseña de donde vienen y hacia donde van las cosas; el tiempo es circular y la novedad está tanto en el ayer como en el mañana. Por eso una playlist no basta, por eso comparto lo que descubro, para descubrir lo que podría ser nuestra nostalgia en algunas décadas. Por eso no dejen de dar play, dejen caer la aguja, los discos que no giran se empolvan.

Stay young.

Anuncio publicitario

Autor: Worst.Adult.Ever.

Obsesiones y superficialidad de un permateen.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: